viernes, 11 de junio de 2010

Noticias insolitas

PIZZA NECROLÓGICA:
Los investigadores napolitanos sospechan de miles de pequeños locales de pizza que podrían estar usando "la madera de sarcófagos para el fuego de sus hornos". Al parecer, los fiscales que levantaron la denuncia creen que una banda organizada ha creado un mercado de leña ilegítima y que ha sido recibida con beneplácito por los inescrupulosos minoristas que hallaron una forma de bajar costos.

Según la tradición, la mejor pizza napolitana se hace "a la piedra" -es decir en un horno con un piso de ese material- y la madera debe ser roble para darle un sabor inimitable. Lo que el público consumidor no sospechó es que ese roble alojaba hasta algún tiempo atrás un cadáver en proceso de descomposición.

La tradición sostiene que la reina Margarita de Savoy le pidió a un cocinero napolitano que creara "un plato para el pueblo". Y el resultado fue una pizza con los colores de la bandera italiana: verde (albahaca), rojo (tomates) y blanco (mozzarella)
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Almafuerte


Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte)



Escritor. Nació en San Juan, provincia de Buenos Aires, el 13 de mayo de 1854. Sus padres fueron gente modesta. Esta circunstancia hizo que su educación no fuera esmerada y que no conociera otras aulas que las de la escuela primaria. Siendo adolescente intentó seguir estudios de pintura, pero, carente de recursos y de influencias, no consiguió la beca que solicitara para perfeccionarse en Europa.

Educado en una escuela porteña, en la que llegó a ser preceptor, sintió despertar su vocación por la enseñanza y, aunque no tenía título oficial, comenzó a ejercer el magisterio en las escuelas de la Piedad y Balvanera. Poco después se trasladó a la campaña y fue maestro en Mercedes, Chacabuco, Salto y Trenque Lauquen. En estos pueblos también alcanzó notoriedad como periodista polémico y apasionado, poco complaciente con los caudillos locales.

Vehemente y entregado por entero a su labor pedagógica, tuvo la satisfacción de que la escuela de campaña que dirigía recibiera un día la visita de Sarmiento. No obstante, pronto debió dejar su puesto por carecer de título habililitante.

Posteriormente, ayudado por la reputación que le habían alcanzo algunos artículos periodísticos, logró un empleo en la Cámara de Diputados de Buenos Aires. Luego fue bibliotecario y traductor de la Dirección General de Estadística de la misma provincia. Hacia 1887 se estableció en La Plata, por esos días ya era un escritor de cierto nombre, puesto que desde 1877 aparecían versos suyos en diarios porteños. Después de ejercer el periodismo en el diario "Buenos Aires", en 1890 se trasladó a la Capital Federal. No permaneció mucho tiempo en la ciudad, ya que regresó a La Plata para ocupar la dirección del diario "El Pueblo". Desde ese momento su actividad periodística no declinó y sus artículos y poemas, firmados con el seudónimo de Almafuerte, sacudieron con su combatividad la tranquila sociedad bonaerense, suscitando apasionadas adhesiones tanto como enconados ataques.

Nuevamente en su escuela de Trenque Lauquen, no pudo satisfacer su ambición de enseñar a los niños, porque fue dejado cesante por "cuestiones políticas", en 1896. En rigor, la razón no parece atendible, ya que Almafuerte jamás se había alineado en las agrupaciones políticas de su tiempo, aun cuando nunca había retaceado su virulenta crítica a los hombres públicos, sin importarle a que partido pertenecían. Establecido en La Plata, vivió retirado prácticamente de la vida pública, sufriendo innumerables privaciones. Con algo de predicador, prefirió las sombras de la pobreza a aceptar algún empleo público que se le ofreciera, pues siempre había criticado a aquellos que vivían a expensas de los presupuestos oficiales.

Bohemio incorregible, de carácter explosivo, casi intolerante, nunca se esforzó por disimular los arranques de su mal genio. Gálvez lo recuerda, a poco de cruzar el siglo XX, en la plenitud de sus arrebatos: "Odiaba a los "literatos". Almafuerte, era de una ignorancia asombrosa . . . No podía ser considerado de ninguna manera como un hombre de letras. Esto no quiere decir que no trabajase sus versos. Al contrario, vivía dedicado a ellos, corrigiéndolos, perfeccionándolos. No escribía con claridad ni sencillez. Pero el retorcimiento de sus frases no era resultado de su cultura literaria sino de su singular conceptismo . . . Recuerdo sus violentas expresiones para juzgar a Max Nordau, a D'Annunzio, a José Ingenieros, a Leopoldo Lugones y a algunos otros. Una vez se despachó contra Tolstoi, lo cual nos asombró. Odiaba los socialistas . . . En sus invectivas tremendas, dichas a gritos, en tono un tanto oratorio, barajaba sin pestañar los epítetos "estúpido", "cretino", "miserable", "vil" y otros análogos. A veces calificaba a algún colega como un hijo de tal. Era apocalíptico y mal hablado . . . He conocido pocos ególatras como él . . . No sólo hablaba sin cesar de sí mismo, sino que no admitía que se le discutiese y menos que se juzgara sus versos desfavorablemente . . . El magisterio que ejercía ante nosotros era moral, no literario . . . Más de una vez lo oí decir que él no era un literato sino un hombre, un hombre que gritaba la verdad a sus compatriotas".


En 1904, Almafuerte se contó entre los que apoyaron la candidatura presidencial de Marcos Avellaneda, aunque sin mucho entusiasmo. Hacia 1906 su situación económica empeoró y se convirtió en su principal preocupación. En su desesperación recurrió con frecuencia a la bebida, aun cuando jamás fue un alcohólico. Pese a las estrecheces que pasaba adoptó cinco hermanos y les brindó lo poco que tenía. En los años próximos al Centenario habitaba un rancho en los arrabales de Tolosa. Sin embargo, seguía siendo el genio tutelar de los jóvenes rebeldes, que lo veían como un auténtico profeta. En 1913, a instancias de algunos amigos, accedió a leer y comentar sus poemas en el teatro Odeón de Buenos Aires, la sala preferida de la élite porteña. El éxito estimuló al poeta y a sus empresarios a continuar con sus exhibiciones. Pero esta actividad no conformó del todo al escritor, que, no sin amargura, comentó: "Me han domesticado".

La iniciación de la Primera Guerra Mundial lo encontró en una ferviente militancia por la causa aliada. Por esos años, la lectura pública de sus obras, sus conferencias y la colaboración de algunos hombres del gobierno aliviaron su precaria situación y le permitieron adquirir, mediante un préstamo hipotecario, una modesta casa en La Plata.

Por entonces, su obra ya había concluido. Ni "extensa ni variada", según Rojas, refleja con exactitud las terminantes, contradicciones de su personalidad. Concebida en un tono profético, casi bíblico, presenta imperdonables descuidos formales y aun errores gramaticales. En compensación, muestra espontaneidad, apasionamiento y un permanente afecto por lo popular y los humildes. Rojas afirma que su producción puede agruparse en tres volúmenes: poesías, Evangélicas y Discursos. Algunas de sus poesías alcanzaron inusitada popularidad como El Misionero, Vencidos, Jesús, Confiteor Deo, Piú Avanti, La Inmortal, Milongas Clásicas -que Rojas estima como un fracasado intento de poesía popular- y su célebre Apóstrofe contra el Kaiser Guillermo.

Las pasiones que suscitó su desbordante temperamento, que no conoció treguas ni alianzas permanentes, se prolongaron en el encontrado juicio de la crítica. Venerado por la juventud, Almafuerte recibió del Congreso Nacional una pensión vitalicia, que importaba un reconocimiento a su áspera existencia y también un alivio a su siempre apretado bolsillo. Pero no llegó a cobrarla porque murió pocos meses después, el 28 de febrero de 1917, en su humilde casa platense

http://www.clarin.com/diario/especiales/yrigoyen/biografias/palacios.htm
a su vez, tomado de: Nueva Enciclopedia del Conocimiento
Argentina 1
Pag. 146
Editorial Oriente S.A.
Buenos Aires. 1992
http://www.taringa.net/posts/arte/1057150/Almafuerte---Poes%C3%ADa-y-Biograf%C3%ADa.html



Seleccionamos unos poemas de este orgullo nacional y gran artista:

¡AVANTI!

Si te postran diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas:
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.
Con el hambre genial con que las plantas
asimilan el humus avarientas,
deglutiendo el rencor de las afrentas
se formaron los santos y las santas.
Obsesión casi asnal, para ser fuerte,
nada más necesita la criatura,
y en cualquier infeliz se me figura
que se mellan los garfios de la suerte...
¡Todos los incurables tienen cura
cinco segundos antes de su muerte!

¡PIU AVANTI!

No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora...
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!

¡MOLTO PIU AVANTI!

Los que vierten sus lágrimas amantes
sobre las penas que no son sus penas;
los que olvidan el son de sus cadenas
para limar las de los otros antes;
Los que van por el mundo delirantes
repartiendo su amor a manos llenas,
caen, bajo el peso de sus obras buenas,
sucios, enfermos, trágicos,... ¡sobrantes!
¡Ah! ¡Nunca quieras remediar entuertos!
¡nunca sigas impulsos compasivos!
¡ten los garfios del Odio siempre activos
los ojos del juez siempre despiertos!
¡Y al echarte en la caja de los muertos,
menosprecia los llantos de los vivos!
MOLTO PIU AVANTI ANCORA!

El mundo miserable es un estrado
donde todo es estólido y fingido,
donde cada anfitrión guarda escondido
su verdadero ser, tras el tocado:
No digas tu verdad ni al mas amado,
no demuestres temor ni al mas temido,
no creas que jamas te hayan querido
por mas besos de amor que te hayan dado.
Mira como la nieve se deslíe
sin que apostrofe al sol su labio yerto,
cómo ansia las nubes el desierto
sin que a ninguno su ansiedad confíe...
¡Trema como el infierno, pero rie!
¡Vive la vida plena, pero muerto!


¡MOLTISSIMO PIU AVANTI ANCORA!

Si en vez de las estúpidas panteras
y los férreos estúpidos leones,
encerrasen dos flacos mocetones
en esa frágil cárcel de las fieras,
No habrían de yacer noches enteras
en el blando pajar de sus colchones,
sin esperanzas ya, sin reacciones
lo mismo que dos plácidos horteras;
Cual Napoleones pensativos, graves,
no como el tigre sanguinario y maula,
escrutarían palmo a palmo su aula,
buscando las rendijas, no las llaves...
¡Seas el que tú seas, ya lo sabes:
a escrutar las rendijas de tu jaula!




No se a uds pero a mi este hombre me inspira con estos poemas, me transmite tanta vitalidad y tesón que me resulta dificil imaginarme un dia sin leer sus obras.La verdad es qu, si bien creo que no compartimos la misma forma de pensar, me llegan muchos sus escritos. Espero que les sirva y les motive.


En Paz

Artifex Vitae,Artifex sui

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales coseché siempre rosas.

Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!


Amado Nervo

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